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3.4.- ROMANIZACIÓN (IV): Evidencias en las tierras de Agüero.

Es complicado hablar sobre un periodo en concreto de la historia, en este caso de Agüero, con el problema de la ausencia de datos.
 
Por ello no podemos más que esbozar unas líneas generales sobre la romanización de estas tierras. No tenemos datos históricos de Agüero a través de las fuentes escritas y, en la misma línea, tenemos un escaso conocimiento arqueológico del territorio para esas fechas. Todo ello nos dispone a transmitir una realidad muy intangible.
 
Tal y como nos comenta la historiadora Agüerana Lourdes Nasarre, tanto las Cinco Villas como la Hoya de Huesca tuvieron una intensa prehistoria, como ya hemos visto, y posterior romanization. Por ello es lógico pensar que la zona de Fuencalderas, Agüero, Murillo, Santa Eulalia y Ayerbe, línea divisoria y pasillo natural entre ambas comarcas, hayan tenido sus establecimientos también en la época romana. El problema es que arqueológicamente están aún por estudiar todos estos municipios (en Ayerbe si que se han encontrado epígrafes funerarios en Casbas). Los descubrimientos arqueológicos, a pesar de la gran importancia de la zona que nos ocupa, son escasos. 
 
En lo referente a Agüero, y siempre según las investigaciones de Mª Jesús Berraondo, podemos encontrar tres evidencias de la cultura romana en nuestro término municipal:
 
  • Nos cuenta que en el emplazamiento de Chabastre y también al pie de los mallos, donde estuvo situado el Castillo, se han encontrado restos de cerámica que podrían ser del tipo común romana aunque aparecen muy mezclados con otra de tipo claramente medieval.
  • En lo referente a la toponimia romana hay ejemplos muy evidentes. Hoy en día conocemos el despoblado medieval de Leciñano cuya etimilogía nos da un claro origen romano (Licinius). Terreno naturalmente sin examinar y que podría depararnos grandes sorpresas.
  • Por último la toponimia de poblamientos medievales conocidos como Puydevilla, Mediavilla, Puydepiedras, Las Herrerías, Ventas Altas, Ventas Bajas, Chabastre, nos llevan a pensar que en la mayoría de los casos están asentados sobre yacimientos anteriores, posiblemente romanos. Todos estos terrenos están sin examinar también.
 
Todo hace pensar que el término municipal de Agüero debió facilitar el asentamiento por sus buenas condiciones de hábitat, con cursos de agua permanentes, terreno apto para el cultivo, además de estar situada entre las dos vías de comunicación principales ya comentadas, y especialmente muy cercana a la Vía Caesaraugusta-Beneharnum, apenas a 7 km. 
 
 
Fuente: MARTÍN BUENO, M.: “Yacimientos romanos”. Zaragoza, 1991.
 
Atendiendo a este mapa, en la zona de Agüero los asentamientos romanos, o al menos el más que probable asentamiento de Licinius (el Leciñano actual), pudieron llegar durante una época tardía del imperio, a partir del siglo III d.C. Manuel Martín Bueno nos dice sobre el bajo imperio que “donde antes no había asentamientos empiezan a surgir centenares de villas rústicas que heredan la población que antes en buena medida estaba en las ciudades”. Es decir, hablamos de un periodo de acusada implantación rural debido a la crisis vivida en las ciudades. La situación pujante de las ciudades pudo mantenerse sin duda en los primeros siglos del imperio, pero al decaer las estructuras económicas y comerciales, pudo motivar una inevitable emigración al campo de parte de la población urbana, por el simple hecho de la falta de recursos en la ciudad. Ello pudo llevar a una repoblación y creación de asentamientos en todo el valle del río Gallego en este periodo que, al paso por nuestra zona, pudo facilitar este proceso en Agüero, Murillo, Santa Eulalia y Ayerbe.


Bibliografía:

  • BELTRAN LLORIS, M.: “El alto imperio romano”. Historia de Aragón, I. Generalidades. Institución Fernando el Católico. Zaragoza, 1989.
  • BERRAONDO, M.J: Agüero y Murillo de Gállego - datos históricos. Informe mecanografiado. Zaragoza, 1988.
  • FATÁS, G.: Antología de textos para el estudio de la antiguedad en el territorio del Aragón actual. Gobierno de Aragón. Departamento de Educación y Cultura. Zaragoza,  1993.
  • FATÁS, G.: «Hispania entre Catón y Graco»; Hispania Antiqua, V, Valladolid, 1975 (1977), pp. 269-313.
  • MARTÍN BUENO, M.: “Yacimientos romanos”. Atlas de historia de Aragón. Institución Fernando el Católico. Zaragoza, 1991.
  • MARTÍN BUENO, M.: “Bajo imperio”. Historia de Aragón, I. Generalidades. Institución Fernando el Católico. Zaragoza, 1989.
  • SANCHO ROCHER, L.: “El convento jurídico Caesaraugustano”. Atlas de historia de Aragón. Institución Fernando el Católico. Zaragoza, 1991.

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