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1.1- PREHISTORIA (I): Contexto General.


En este ejercicio de revisión histórica, prehistórica en el caso de este capítulo, de los primeros vestigios de asentamientos humanos en la zona de Agüero nos vamos a centrar únicamente en la llamada Edad de los Metales, es decir, en el Calcolítico (Edad de Cobre), Edad de Bronce y Edad de Hierro. No se han encontrado hasta la fecha evidencias de asentamientos anteriores.

 

                                                                Fuente: https://brainly.lat/tarea/14272078


1.1.1- CALCOLÍTICO (contexto general)


Este periodo conoce manifestaciones tan llamativas para la investigación como la metalurgia, o la cerámica campaniforme, pero en un sentido más general, y teniendo en cuenta rasgos culturales, nos centraremos en las tumbas y los asentamientos.


Además de la reutilización funeraria de los dólmenes y de la práctica de enterramientos en algunas cuevas, tenemos ahora otros tipos de tumbas de mucho interés por sus posibilidades de cara a la interpretación histórica y por los datos antropológicos que aportan. Son las tumbas colectivas de carácter simultáneo, rasgo que debe ser destacado como el más significativo y distintivo respecto a otras tumbas —también de utilización colectiva—, como los mismos dólmenes. El enterramiento simultáneo de un crecido número de individuos en una misma tumba —hecho que se repite en varios lugares de Aragón como La Cartuja de las Fuentes, de Sariñena, El Cañaret de Pallisetes y San Antonio, en Calaceite, y otros en la Sierra de Alcubierre y Albalate del Arzobispo —, nos puede sugerir con mayor fuerza que ningún otro dato arqueológico, la deducción de un notable aumento demográfico en esta época, bien por crecimiento autóctono de las poblaciones, bien por aportes foráneos aunque procedentes de los entornos más próximos. Tal aumento, si lo hubo, debió chocar con lo limitado de los medios de subsistencia —siempre en difícil equilibrio con la demografía en cualquier época prehistórica—, y originar conflictos por la posesión de algunos territorios, provocando enfrentamientos bélicos entre grupos reducidos, fruto de los cuales podían ser estas tumbas que, además, encierran un elemento tan evocador de estas lides y tan característico del Calcolítico como son las puntas de flecha de sílex que, como veremos más adelante, también aparecen en Agüero. 


Los asentamientos presentan tanta variedad y falta de concreción como las tumbas. En algunos lugares continúa la habitación en cuevas y abrigos, pero debió ser muy abundante la vivienda al aire libre. Esta sería probablemente de tipo estacional, consistente en pequeños grupos de cabañas construidos con material perecedero y que hemos llegado a conocer prácticamente destruidos por la erosión. Se pueden mencionar entre estos poblados el oscense de Piracés o el tierrabajino de El Cortado de Baselga o muchos de los antes denominados «talleres de silex» a los que hoy preferimos llamar yacimientos o asentamientos superficiales. También tenemos ejemplo de este tipo de flechas en  Agüero. 


Al señalar que estos vestigios de asentamientos parecen concentrarse en las áreas de somontano, hay que aludir a los problemas de prospección y erosión que han borrado sus huellas de otras zonas. Nuestra visión de la distribución poblacional del calcolítico sería incorrecta si no tuviera en cuenta este hecho. Igualmente, el aumento de población que esta abundancia de asentamientos sugiere, aun estando también apoyado por los datos funerarios, podría deberse a un espejismo inducido por la movilidad de los grupos, que aun siendo productores de su sustento, no estaban todavía en posesión de las técnicas de explotación del suelo que permitieran una estabilidad total, ni necesitaban de ellas, pues el incremento de la extensión de cultivos y pastos era posible y exigía menor esfuerzo de organización social. 


El Calcolítico señala el comienzo de la ocupación en poblados, cada vez más estables, y en algunos casos el abandono de la vivienda —también estacional—, en abrigos rocosos, algunos ocupados desde el Mesolítico, que ahora serán empleados como sepulturas en más de una ocasión. 


Ante las variadas formas de habitat que el Calcolítico —y también el Bronce— ofrecen, no debemos concluir que tengan una relación inequívoca con determinadas vertientes económicas. No debemos pensar que los que vivían en cuevas eran depredadores o, a lo sumo, pastores y los habitantes de poblados del llano agricultores; para estas etapas se comprueba siempre el carácter mixto de las fuentes de suministro alimentario, en un aprovechamiento íntegro de todas las posibilidades. Tanto en cueva como en poblado (ya en la Edad del Bronce), la dieta se componía de vegetales cultivados y recolectados, y de animales domésticos y de caza. La especialización ganadera o agricultora es un fenómeno mucho más evolucionado y que implica más complejas relaciones entre los grupos humanos. Es decir, que en este periodo no podemos hablar aún de pastores nómadas y unos agricultores estables. 




1.1.2.- LA EDAD DE BRONCE (contexto general)


No hace mucho era insospechada la riqueza de vestigios que las primeras fases de esta etapa prehistórica presentan en Aragón. Al contrario que para el Calcolítico, conocemos más poblados que tumbas. 


Aunque las tumbas, por su escasez, no nos ilustran demasiado sobre la estructura social, los asentamientos comienzan a hacerlo fructíferamente sobre la situación tecno-economía de la época. Independientemente de que continúen habitándose las cuevas —como posiblemente la de los Gitanos en Agüero—, son notables los progresos en la estabilidad de los poblados y —como causa y efecto de lo anterior—, en las técnicas de producción de alimentos, haciéndose realidad la especialización agrícola y ganadera.


Esta sabia explotación de los recursos se conoce en la bibliografía prehistórica más actual como «revolución de los productos secundarios», refiriéndose, en el caso de los animales, al aprovechamiento no sólo de su carne sino de lo que podemos considerar productos derivados, como la leche (fabricación de quesos, etc.), y más significativamente, su fuerza de trabajo (arado, transporte...) Las investigaciones desarrolladas en varios asentamientos de Aragón nos muestran la variedad de animales domésticos conocidos a los que se extraía su máximo rendimiento —algunos utilizados como ayuda en el trabajo—, mientras la caza seguía formando parte importante de la dieta alimenticia. Se explotaba un ganado permanente, compuesto por cerdo y vacuno, y otro trashumante de cabras y ovejas. 


También en la agricultura se comprueban los avances; esos mismos yacimientos nos demuestran la explotación de varios tipos de cereales, en ocasiones alternando con leguminosas en una probable rotación de cultivos. Igualmente se atestigua la recolección de abundantes bellotas y otras frutas, y semillas silvestres como las quenopodiáceas. 


El hallazgo de diversos materiales y su situación nos ilustra sobre variados aspectos de la vida cotidiana doméstica como el hilado, el tejido, el curtido de pieles, los sistemas de almacenamiento de víveres, la propia construcción de las viviendas y hasta ciertas peculiaridades culinarias. 




1.1.3.- LA EDAD DE HIERRO (contexto general)


La producción cerámica había sido abundante y variada en tipología y función durante toda la Edad de Bronce y lo sigue siendo durante la Edad de Hierro. A este respecto, y dado que según Mª Jesús Berraondo se han encontrado restos de cerámica Hallstática en Sierra Mayor de Agüero, hay que hablar de la cultura de Hallstatt. Esta es una cultura arqueológica perteneciente al Bronce final y la Edad del Hierro que surge en Europa Central, la actual Austria. A grandes rasgos presenta las siguientes fases:


  • Hallstatt A y B (1200-750 a. C.), correspondiente al Bronce Final y van unidas a la cultura de los campos de urnas. La cultura de los campos de urnas es un extenso horizonte arqueológico que se difundió durante el final de la Edad del Bronce y el principio de la Edad del Hierro por buena parte de Europa, llegando en su momento de apogeo a abarcar desde el Danubio y el Báltico hasta el mar del Norte y el nordeste de la península ibérica, donde se encuentra Agüero.
  • Hallstatt C (750-480 a. C.), consolidada como la Primera Edad del Hierro y sigue perteneciendo a la cultura de los campos de urnas.
  • Hallstatt D (480-50 a. C.), enlaza con la llamada Segunda Edad del Hierro e inicio de la romanization de estas tierras (Edad Antigua de la Historia).


Es ya a partir de la Edad del Hierro (Hallstatt C) cuando las tribus celtas indoeuropeas irrumpen en el primitivo Aragón entrando por los Pirineos y siguiendo el Valle del Ebro para entrar en contacto con los los antiguos poblados íberos. Cuando se generaliza la invasión de estas tierras, sobre el 600 a.C, se ponen de moda nuevos principios culturales, tales como el enterramiento en urnas (cultura de los campos de urnas).  Esta cultura se caracterizó por un nuevo rito funerario: la incineración del cadáver y la deposición de sus cenizas en urnas de cerámica, las cuales se enterraban en un hoyo practicado en la tierra, formando extensas necrópolis.


A pesar de estar hablando de la Edad de Hierro, cabe decir que por estas tierras el trabajo del mismo puede considerarse meramente testimonial. Hay que irse a otras zonas de tribus celtíberas, como Turiasu y Bursau (las actuales Tarazona y Borja), para encontrar destacados trabajos en hierro.




1.1.4.- EDAD DE LOS METALES EN LA ZONA DE AGÜERO (EDADES DE COBRE, BRONCE Y HIERRO).


Localización de Agüero y su término municipal

Fuente: BERRAONDO, M.J. y MONTES, M.L.: Manifestaciones de la Edad del Bronce en el término de Agüero (Huesca). Caesaraugusta, ISSN 0007-9502, Nº 61-62, págs. 165-176. Zaragoza, 1985


Lourdes Montes y M. Jesús Berraondo nos hablan de la existencia de dos yacimientos arqueológicos encontrados a inicios de los años 80 del siglo pasado, muy próximos al pueblo de Agüero:


  • El primero de ellos es un yacimiento lítico que se conoce con el nombre de Plana de Fuertes. Los materiales encontrados fueron estudiados por las arqueólogas Pilar Utrilla y Lourdes Montes y han sido datados a caballo en la Edad del Bronce. Los usaron tribus de cazadores nómadas que, poco a poco, fueron estabilizando sus campamentos formando pequeños poblados y que se refugiaban en cabañas hechas con materiales perecederos como madera, pieles, barro, cañas, etc, siendo por ello que estas no se hayan conservado. La Plana de Fuertes tiene una excelente situación para la instalación de un campamento o poblado ya que está protegido del viento dominante, el cierzo, está ubicado en Somontano y tiene muy cerca dos manantiales: la Fuente Vieja, agua templada en el invierno y fresca en el verano, y la Fuente del Piojo.
  • El segundo es un abrigo al pie de los mallos, la llamada cueva o abrigo de los Gitanos, en el que se han localizado representaciones pictóricas de tipo esquemático. Se trata de pinturas rupestres con representaciones humanas esquemáticas realizadas en blanco, color poco frecuente. 


Si bien ambos pueden ser contemporáneos en el tiempo, no contamos con datos que nos permitan establecer una relación entre ellos. 


Lo que está claro y es sabido, según comenta la historiadora Agüerana Lourdes Nasarre, es que tanto las Cinco Villas como la Hoya de Huesca tuvieron una intensa prehistoria y posterior romanization. Por ello es lógico pensar que la zona de Fuencalderas, Agüero, Murillo, Santa Eulalia y Ayerbe, línea divisoria y pasillo natural entre ambas comarcas, hayan tenido sus establecimientos en la época que nos ocupa. El problema es que arqueológicamente están aún por estudiar gran parte de estos municipios. En lo referente a Agüero, ambos yacimientos mencionados arriba van a ser tratados profundamente en mis dos próximas entradas del blog.


Por último comentar otro hecho relevante. Mª Jesús Berraondo, en su “Informe mecanografiado de datos históricos de Agüero” (Zaragoza, 1988), también nos habla de evidencias de la edad de Hierro al hilo de la “cerámica tipo hallstática recogida en Sierra Mayor”. Es decir, que la cultura de Hallstatt y de los campos de Urnas llegó también a nuestras tierras de la mano del pueblo celta de los Suessetanos. Sobre este punto de la cerámica hallstática no he encontrado más información que la mención hecha por Mª Jesús Berraondo. Por otro lado, y en una futura entrada, hablaré sobre los suessetanos y su estancia por estas tierras entre los años 600 y 184 a.C.

 


Bibliografía:

  • ANDRÉS RUPEREZ, T.: El Eneolítico y Bronce Antiguo y Medio. Historia de Aragón, I. Generalidades. Institución Fernando el Católico. Zaragoza, 1989.
  • BELTRÁN, A.: «La indoeuropeización del valle del Ebro»; Primer Symposium de Prehistoria de la Península Ibérica, Pamplona, 1960. 
  • BERRAONDO, M.J: Agüero y Murillo de Gállego - datos históricos. Informe mecanografiado. Zaragoza, 1988.
  • BERRAONDO, M.J. y MONTES, L.: Manifestaciones de la Edad del Bronce en el  término de Agüero. Revista Caesaraugusta, nº 61-62. Instituto Femando el Católico. Zaragoza, 1985.
  • BLASCO, Mª C.: (1993). «El Bronce final». Editorial Síntesis. Madrid, 1993.
  • EIROA, J: Las migraciones célticas en Aragón; Zaragoza, 1980.
  • LÓPEZ SERRANO, A.: «Los celtas. Origen y persistencia de una seña de identidad». Documentos para la Docencia: 6. Madrid, 2003.
  • MONTES L.: «Agüero», GEA, II, p. 17. Huesca. Plana de Fuertes. Taller de sílex. Punta de flecha, pedunculada, retoque plano. Láminas retocadas. Calcolítico. Zaragoza, 1987.
  • «Los Celtas | Contrebia Leucade». www.contrebialeucade.com.

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